Así comienza la antífona del Salmo 99, que nos invita a unirnos a las aclamaciones de toda la tierra, con cantos que expresen que estamos dispuestos a servirle con alegría. Cada ser de la naturaleza es una antífona (una voz que responde) con gratitud a su creador.
He allí el motivo simple del título de nuestro blog, que estará destinado a sustantivar la misión que nos ha entregado el Señor, de ser testigos suyos en el trabajo catecumenal, a través de las respuestas concretas y pertinentes a su Palabra.
Espero que formemos un coro incesante pero armónico de respuestas a su llamado, que siempre nos sonará como una hermosa música pautada en nuestro espíritu, para lograr una perfecta comunión con Él en una constante Eucaristía.
¿Quieres agregar tus propias reflexiones a esta idea? Pues, ya las estamos esperando.
¡Ánimo!
He allí el motivo simple del título de nuestro blog, que estará destinado a sustantivar la misión que nos ha entregado el Señor, de ser testigos suyos en el trabajo catecumenal, a través de las respuestas concretas y pertinentes a su Palabra.
Espero que formemos un coro incesante pero armónico de respuestas a su llamado, que siempre nos sonará como una hermosa música pautada en nuestro espíritu, para lograr una perfecta comunión con Él en una constante Eucaristía.
¿Quieres agregar tus propias reflexiones a esta idea? Pues, ya las estamos esperando.
¡Ánimo!